Ojo de Gato: Protesta de jubilados
Guillermo
Manzano
Transcurrió una semana sin que el
Gobierno del Estado les pagara. Así que el martes 7 de julio acordaron bloquear
las entradas de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) del estado de
Veracruz. La cita era para el día siguiente a las 6:00 horas. La protesta es
por la dignidad y el respeto a los derechos.
Miércoles
8 de julio. A las 5:40 horas llegaron las primeras maestras. Frío y oscuridad.
Paulatinamente la gente empezó a llegar.
Uno de los vigilantes se acercó para decirles que había café en el
auditorio. Dieron las gracias y respondieron que se quedarían en las entradas.
Trabajadores
de Radio Televisión de Veracruz no pudieron entrar porque el acceso es por
Sefiplan. No hubo quejas sino miradas y palabras solidarias. Quizá previniendo
el futuro que les puede esperar.
La
luz solar iluminó el rostro de ellas y ellos. Jubilados y pensionados de la
región de Xalapa estaban en pie de lucha. Ex docentes de todos los niveles
educativos. Ex empleados municipales y del Estado. Muchas canas. Mucha
experiencia acumulada. Mucha vida. Pero sobre todo, mucha dignidad.
A
las 9:00 horas llegó el mensaje: ‘el señor secretario no se encuentra, si
gustan que una comisión pase a dialogar…’ El rechazo fue tajante: no venimos a
negociar, queremos que nos paguen lo que por derecho corresponde.
Hora
y media después apareció ‘el señor secretario’: Antonio Gómez Pelegrín.
Soberbio, les espetó que se fueran. Que él ya había hecho el depósito al
Instituto de Pensiones del Estado (IPE) y que no era su problema. Dicho lo
anterior, se fue al restaurant del hotel de lujo que se encuentra frente a la
secretaría.
El
calor era sofocante. Pero nadie se movía. Ahí, en plena calle docentes
veracruzanos seguían dando clases de civismo. ¡Ni un paso atrás!, era la consigna.
A media mañana se empezaron a sentir estragos en algunos manifestantes. La
edad, la angustia, el encabronamiento. Se empezaron a ir o a buscar un espacio
menos sofocante. Mientras tanto, los funcionarios de la Sefiplan y directivos
del IPE degustaban café y bocadillos en la cafetería del hotel.
Dignidad (memobares/foto) |
Las
pancartas de cartulina decían una verdad que el gobierno de Javier Duarte ha
querido ignorar: ‘los pensionados no somos una carga, ya cotizamos’, ’Castigo
al Consejo de Administración del IPE y a los coludidos. Devuélvanle la
tranquilidad al jubilado’.
‘Duarte
igual a cero en teoría del Estado. La pensión es un derecho’. ‘Copipev,
¡Adelante! Jubilados dignos’. ‘Castigo a defraudadores y cómplices: Duarte,
Buganza y Fabre’. ‘Ratas fieles y prósperas, devuelvan fondos del IPE ¡ya!
‘Mi
pensión es un derecho, no un obsequio’. ‘El fuero para el gran ladrón, la
cárcel para el que roba un pan: Pablo Neruda’. Ninguna mentira estaba escrita
en esta protesta.
Enfrente
de la entrada principal de la secretaría, la unidad número 90 de la Comisión
Municipal de Agua y Saneamiento estaba estacionada. Una cuadrilla de
trabajadores hacían reparaciones.
El
tiempo transcurre. La voz se corre: nadie se mueve hasta que nos paguen. Y sí,
ahí estaban todas y todos. Bajo el sol del mediodía. Jubiladas cruzaban la
avenida Adolfo Ruiz Cortines para ir al sanitario de la gasolinera.
Las
personas que llegaban a realizar algún trámite se retiraban. Había
consideración. Palabras de aliento. ‘Ni modo, ya vendré después’. ‘¿Hasta
cuando van a estar?, es que vengo de Poza Rica, pero que bueno que protesten.
Un
vendedor de paletas pasó ofreciendo su producto: ‘ya está pagado todo, ¿gustan
una paleta?’ La plática era en corrillos. Palabras de ánimo y de coraje.
Algunos pensaron qué hacer en caso de que lloviera. ‘A eso le apuestan, a que
llueva y nos vayamos. Pero aquí nos quedamos’, expresó una maestra.
A
las 13:00 horas se anunció que una comisión de jubilados entraría a dialogar
con el secretario y los del IPE. La reunión será en el hotel donde degustaban
sus bebidas los funcionarios. Alguien comentó: ‘es que no quieren que les dé el
sol’.
Media
hora después entró la comisión a dialogar. A las 13:50 salieron y dieron la
información: ‘Compañeros, nos piden que los funcionarios tienen que entrar a la
secretaría para que puedan hacer las transferencias. Han estado negados al
diálogo. Hay que dejarlos entrar pero no nos iremos hasta que nos depositen.
Ellos se comprometen a pagarnos a las 14:30. Hay que dejarlos pasar.’
A
las dos de la tarde, Antonio Gómez Pelegrín cruzo la avenida con su sequito.
Algunos lo interceptaron. Se detenía, decía que él ya había hecho el depósito.
Que era un hombre de palabra. Por fin entró a las instalaciones. Pero algo
pasó: se regresó y con soberbia dijo que si no quitaban el bloqueo él no pagaba
a nadie. Los ánimos se caldearon, pero cada parte siguió en lo suyo: los
jubilados en la protesta y bloqueo de la calle y el funcionario tuvo que entrar
arrastrando sus palabras.
'No les pago' (memobares/foto) |
La
espera: a las 14:35 una ex maestra de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana
entra al cajero automático. Se había corrido la voz de que ya habían depositado
los pagos. Tensión de quienes estaban alrededor del cajero. Se volteó. Su
rostro lo dijo todo. Aún así, movió ambas manos para decir ‘no han pagado’.
Diez
minutos después volvió a entrar. El rostro fue otro: ya estaba su dinero en su
cuenta. Gritos de alegría de los presentes. Aplausos y abrazos. Felices de
tener lo que por derecho merecen.
Poco
a poco fueron confirmando los asistentes que ya tenía su dinero. Algunos se
trasladaron a la sucursal bancaria más cercana para cambiar sus cheques. Poco a
poco la información fluía y era positiva.
A
las tres de la tarde los empleados de la gasolinera se acercaron. Pidieron
apoyo porque no hubo clientes y no tuvieron propinas. La grandeza se muestra en
las desgracias. Ellos y ellas que tuvieron que esperar ocho días y protestar nueve
horas para cobrar, inmediatamente empezaron a aportar lo poco que llevaban.
Solidariamente apoyaron a los jóvenes empleados.
Se
empezaron a levantar sillas, a quitar pancartas, se hizo un corrillo para
ponerse de acuerdo sobre lo que sigue. Porque ellos y ellas saben que esta
lucha apenas comienza.
Si
algo hubo ayer en Xalapa fue una lección de dignidad por parte de nuestros viejos
y nuestras viejas. Mucha dignidad para tan poco gobierno...
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