Ojo de Gato: el lobo del voto nulo
Guillermo
Manzano
Observo con atención las
descalificaciones contra los que pensamos anular el voto. Lo menos que se nos
dice es que ayudamos a que gane el PRI. Sin argumentos. Sin fundamentos. El
pensamiento único de los ‘demócratas’ nos excluyen. Nos mandan a esa cloaca
donde se revuelcan los priistas. Según ellos. Según ellas.
Craso
error. El priismo ganará con su emblema o bajo el emblema de cualquier partido.
La alternancia fue una ilusión. Una idea vendida y comprada por intelectuales
de derechas e izquierdas. Por cierto, muchos de ellos enquistados en nóminas
oficiales a través de ‘órganos autónomos’.
Coincido
parcialmente con los que dicen que anular el voto no servirá para cambiar el
sistema. Es cierto. Pero nos servirá para limpiar la casa de rémoras y
vividores. De ahorrar dinero público y para aclarar el panorama social y
político del país.
Este
año el Instituto Nacional Electoral (INE) ejercerá un presupuesto de 18 mil 572 millones
236 mil pesos. De los cuales, cinco mil 356 millones 771 mil 247 pesos son para
los partidos políticos. A este dinero se le debe sumar el que los estados
proporcionarán a los partidos por concepto de prerrogativas locales y, en el
caso de elecciones concurrentes, será el doble.
Este
dinero se distribuye así: PRI, mil millones 376 mil pesos; PAN, mil millones
158 mil pesos; PRD 886 millones 100 mil pesos; PVEM, 444 millones 700 mil
pesos; PT 389 millones 700 mil pesos; PANAL, 371 millones 200 mil pesos y
Movimiento Ciudadano 368 millones 400 mil pesos.
A los tres nuevos
partidos, Morena, Humanista y Encuentro Social, se les asignarán 120 millones
900 mil pesos a cada uno.
¿No le parece mucho
dinero tirado a la basura? Lo digo porque en la practica sólo tres partidos
decidieron qué hacer y cómo hacerlo mediante su firma en Pacto por México.
Porque para nadie es un secreto que fuera de los firmantes, el resto de los
partidos viven de las alianzas y acuerdos políticos.
Decir que votar
‘por el menos peor’ es seguir en nuestra mediocridad. Tenemos que aspirar a lo
mejor y, la actual oferta de los partidos, simplemente no es la mejor.
Ahora bien, ha
quedado demostrado que la alternancia política no fue la solución para nuestros
problemas estructurales. 12 años de gobiernos panistas dejaron al país igual o
peor que 71 del PRI. Pero tampoco la izquierda resulta ser opción. Ahí está el
caso de Ayotzinapa, la Línea 12 del metro y los amarres de ‘Los Chuchos’.
En palabras del ex
presidente del Consejo General del extinto Instituto Federal Electoral (IFE)
Luis Carlos Ugalde: “En México la impunidad se ha fortalecido a partir de la
alternancia y el pluralismo porque la complicidad se ha arraigado como un
mecanismo de protección mutua: ‘yo no te señalo la cola larga porque la mía
está creciendo’. En consecuencia, los partidos de oposición han dejado de serlo
en la práctica porque con frecuencia sus integrantes se han vuelto
administradores de prerrogativas en lugar de contrapesos políticos de quien
gobierna. La democracia mexicana ha perdido el motor central que constriñe el
abuso del poder: los pesos y contrapesos políticos.” (¿Por qué más democracia
significa más corrupción? Ugalde, Luis. Revista Nexos No. 446 pág. 15)
Veracruz es prueba
real y palpable de lo citado líneas arriba.
Ahora bien, no por
tener muchos partidos registrados tenemos democracia. Nuestro partidos son
ficción, nos representan nada ni a nadie. Son negocios de familias, de grupos
mafiosos y proyectos personales. ¿Por qué ningún partido se opuso a reducir el
presupuesto del INE o sus prerrogativas tras el anuncio del recorte
presupuestal? Porque eso afecta sus intereses. Porque todos son lo mismo. Son
burocracias enormes que viven, viajan y comen con nuestros impuestos y los
contribuyentes no recibimos ningún beneficio.
¿De qué sirve anular el voto? Por lo menos nos
servirá para que las franquicias familiares dejen de recibir dinero público. Porque
gane quién gane en cada uno de los distritos, nada hará por el bien común y
social. Eso está comprobado.
El ahorro –en el
hipotético caso de que los partidos satélites no estuvieran- sería de un mil 936 millones 700 mil pesos.
Ahora bien, ¿lo
comparamos con algunos presupuesto de casa? Por ejemplo: Instituto Veracruzano
de la Cultura (IVEC), 98 millones de pesos; Institutos Tecnológicos Superiores,
381 millones; Consejo Veracruzano de Investigación Científica y Desarrollo
Tecnológico, 12 millones 800 mil pesos.
Colegio de Bachilleres, 950 mil pesos; Academia
Veracruzana de las Lenguas Indígenas ocho millones; Instituto Veracruzano de
las Mujeres, 43 millones 200 mil pesos. Y podemos seguir revisando la Gaceta
Oficial del 30 de diciembre de 2014, donde se publicó el presupuesto de egresos
del Gobierno de Veracruz.
En contraparte, los
partidos y asociaciones políticas, recibirán este año de los impuestos de los
veracruzanos 259 millones 864 mil 737 pesos. De los cuales los partidos
Cardenista y Alternativa Veracruzana se llevarán 12 millones 152 mil 149 pesos y
18 millones 699 mil 468 pesos respectivamente. Y eso que estos partidos
estatales no participarán en los comicios de este año.
José Woldenberg,
dice: “Democracia es sinónimo de coexistencia del pluralismo. Si algo la
distingue de los regímenes autoritarios, dictatoriales o totalitarios es
precisamente la idea fundadora de que la sociedad no es un bloque monolítico,
sino que está cruzada por intereses, sensibilidades, ideologías y programas
distintos y, en no pocas ocasiones, encontrados (Letras Libres. Diciembre 2014
pág. 22).
Y como vemos aquí
no tenemos pluralismo sino intereses comunes y mezquinos de las élites
partidistas y sus burocracias. Anular el voto no cambiará en lo inmediato las
reglas. Pero, si forzará, en la medida en que participemos las normas
electorales y las prácticas de los partidos. Incrementemos la votación para que
los partidos satélites no alcancen el porcentaje requerido para mantener el
registro. Anular el voto, también es democracia.
Limpiemos la casa y
luego la redecoramos, ¿no cree?
www.prensavendida.com
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