Ojo de Gato Partidos y voto nulo
Guillermo
Manzano
En 1985 existían en nuestro país nueve
partidos políticos nacionales. 30 años después tenemos uno más. De esta decena
de institutos se renovará la Cámara Federal de Diputados. Igual que hace tres décadas.
Los
partidos de entonces eran: Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional
(PRI), Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), Popular Socialista (PPS),
Socialista de los Trabajadores (PST), Demócrata Mexicano(PDM), Socialista
Unificado de México (PSUM), Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y Mexicano
de los Trabajadores (PMT).
Los
porcentajes finales de la votación en 1985 fueron los siguientes (los coloco de
mayor a menor): PRI 64.85, PAN 15.50, votos nulos 4.70, PSUM 3.22, PDM 2.73,
PST 2.46, PPS 1.95, PARM 1.65, PMT 1.55, PRT 1.26 y candidatos no registrados
.06 por ciento. Esto según datos de la Secretaría Técnica de la Comisión
Federal Electoral de la Secretaría de Gobernación.
Como
vemos la cantidad de partidos no significa democracia. Y entonces teníamos
partidos de oposición real, tanto de derecha como de izquierda. No la
simulaciones que hoy mantenemos con millones de pesos de nuestros impuestos.
Se
observa que el tercer porcentaje mayor de la votación corresponde a ‘votos
nulos’. Muy por encima de siete partidos nacionales. Y esa Legislatura fue una
de las más plurales y combativas que ha tenido nuestro país. De hecho, diría
que ha sido la única.
Había
una oposición marginal pero combativa. Con trabajo de base, con idea política,
con argumentos sobre la diversas realidades del país. Con militancia
comprometida y participativa. En la actualidad no existe nada de lo que
menciono.
La
descomposición política, social y económica a la que nos han llevado los
políticos y sus partidos no tiene parangón. Aún así nos piden que votemos por
sus candidatos. Nos dicen que son lo único que tenemos y cínicamente piden que
volvamos a confiar.
Los
teóricos de cubículo, los versadores de citas académicas, los analistas que
recitan apellidos rimbombante y editoriales extranjeras, olvidan nuestro
pasado. Creen que ‘la moda’ de fuera se puede aplicar a México. No es cierto.
Eso es complicidad con los que nos han sometido por años. Por eso no les creo.
Pero
tampoco podemos quedarnos en casa. Está demostrado que el número de partidos no
refleja ni democracia ni participación ciudadana. Sufragar por cualquier
partido o dejar de hacerlo representa lo mismo. Y ya no podemos seguir igual,
en lo de siempre. Ya es hora de empezar a mostrar en forma activa nuestro
rechazo.
No
debemos olvidar que nuestro sistema político necesita ‘legitimarse’ con la
participación ciudadana. Así ha sido desde el Siglo XIX. Así lo hizo Benito
Juárez, Porfirio Díaz y el PRI.
Así
lo hacen ahora. Sólo que el contexto internacional y local ha variado un poco.
No mucho, pero nos dejan un poco de margen de acción.
Nos
piden votar, bueno vayamos a sufragar pero anulemos el voto. No legitimemos su
farsa ‘democrática’. Por el contrario, que el mundo sepa que ya no queremos
jóvenes desaparecidos, periodistas asesinados, encajuelados, decapitados,
desmembrados, en la que autoridades emanadas de los partidos y legitimada por
el sigan dirigiendo al país. Tampoco los poderes metaconstitucionales (fácticos,
les llaman los entendidos).
Quitémosle
las prerrogativas a partidos que no representan nada ni a nadie. Anular el voto
también es democracia y a eso le temen los profesionales de la política. A
verse encuerados sin los ropajes de las votaciones.
Un
porcentaje representativo de voto nulo puede forzar a mejorar ciertas
condiciones sociales y políticas. No porque los barones de los partidos
quieran, sino porque sus patrones y dueños del capital, saben que no es ‘chic’
vivir en un país antidemocrático.
Es
verdad que no los vamos a quitar en una elección. Pero si podemos empezar a
desbrozar el camino y a ahorrar muchos millones de pesos que se les dan a los
partidos.
COLA
DE GATO
Vaya madrazo que le metieron al gobierno
de Veracruz escritores e intelectuales organizados al pedir que se retire el
Hay Festival de Xalapa. Entre los motivos expuestos dicen: "Las autoridades de Veracruz tienen un historial de
denigrar el trabajo de los periodistas locales y un récord de impunidad
miserable en los casos de crímenes contra la prensa".
Habrá que esperar las respuestas oficiales.
Por lo pronto, el descredito se acumula a Javier Duarte y a su gobierno. Esto nada ni nadie se lo quitará.
Comentarios
Publicar un comentario