Ojo de Gato: un soldado en cada hijo…

Guillermo Manzano

De nuevo las ‘armas nacionales se cubrieron de gloria’.  Hace una semana, el 27 Batallón de Infantería mostró de qué están hecho nuestro soldados: reprimieron a civiles.  Guerrero hierve y los gobiernos nada pueden hacer. Son ineficaces. Se niegan a reconocer que el 26 de septiembre mataron a 43 estudiantes de la Normal ‘Isidro Burgos’ de Ayotzinapa. 
¡Coño!, tan fácil como reconocerlo y castigar a los culpables. Pero no. Simula una serpiente que se muerde la cola. Al final terminarán tragándose sus mentiras.
    ¿A quiénes o a quién protege los gobiernos? Son casi cuatro meses de la desaparición de los 43 estudiantes y aún no sabemos nada. No hay cuerpos. No hay investigación. No hay verdad. Sólo mentira.
    Mal está un gobierno que mata a sus jóvenes. Pero peor está una sociedad que con su silencio avala el crimen.
    La indignación, coraje e impotencia de los progenitores es legítima. Sólo quién ha perdido un hijo o una hija sabe el dolor que se tiene. Los muchachos merecen una sepultura digna. Acorde a las creencias de sus familias. Ningún gobierno y ningún gobernante en el mundo puede quitar ese derecho. Pero en México sí.
    Mientras el dolor y la pena carcome el alma de las familias de los normalistas. Mientras la indignación nos jode la vida. Los partidos y los gobiernos se alistan para su carnaval electoral.
    Eso es lo que les importa. Eso les deja dinero. Eso nos humilla ante los que viven del erario. Porque quedarnos callados nos mata. Nos hace cómplices. Nos vuelve como ellos.
Omar García, estudiante normalista de Ayotzinapa

    El Gobierno priista de Enrique Peña debe dar la cara. El Gobierno perredista en Guerrero debe dar la cara. Ellos, junto con los gobiernos panistas, han llenado de sangre este país.
    En Veracruz estamos igual. Quizá peor. No sé. Pero aquí también ‘desaparece’ gente y el gobierno no hace nada. Bueno sí, papaquis. Sólo eso.
    No se debe dejar de hablar de Ayotzinapa. No se debe dejar de exigir la aparición de los cuerpos de los jóvenes normalistas. No se debe dejar de gritar que estos gobiernos asesinan. Que son parte del crimen. Porque ellos, los que gobiernan, también matan.
    ¿Acaso podremos vivir en paz algún día?  
    Parece que no hay punto en el país donde la violencia sea una constante. Una forma de vida a la que ‘debemos’ acostumbrarnos. Ya basta de tanta sangre. Ya basta de tantas muertes. Ya no se puede vivir así.
    El dolor es compartido. Guerrero es Veracruz. Veracruz es Guerrero. Ambos son México. No hay voluntad de parar la violencia. Quizá porque así nos quieren tener: temerosos, agazapados. En espera de que nos maten. De que nos ‘levanten’. De aparecer en alguna calle. De ser parte de una estadística macabra.
    Algo habremos de hacer. De la protesta a la propuesta. De la propuesta a la acción. De las acción a los resultados. Lo que importa es que ya no haya un muerto más. Un desaparecido más. Eso es lo que importa. Después ya arreglamos nuestras diferencias…
    COLA DE GATO

Los días pasan y se cuentan. Ya son 17 de la desaparición del periodista Moisés Sánchez y el gobierno no hace nada. 11 días y contando…

Comentarios

Entradas populares