Ojo de Gato: Inseguridad
Guillermo
Manzano
Si un gobierno es incapaz de garantizar a
su ciudadanía los satisfactores básicos, los servicios públicos y su
seguridad, ese gobierno no sirve. Si un
gobierno es incapaz de cumplir las propias leyes que lo rigen y sostienen, ese
gobierno no sirve. Veracruz es un ejemplo.
La
falta de empleo provoca delincuencia en todos sus matices. La carencia de
educación y cultura. La ausencia de autoestima. Y lo que Usted quiera agregar.
No hace falta
traer un arma ‘de alto calibre’ o de esas que dicen ser de uso exclusivo del
Ejército para delinquir. Un solo cuchillo de cocina, desesperación por no tener
qué comer o dinero para los medicamentos de los hijos y basta salir a la calle.
El asalto es cosa común en Xalapa. En muchas ciudades de la entidad.
Ya
hemos denunciado como operan los taxistas para agredir mujeres. Ahora leemos
que utilizan sus unidades para asaltos a hogares y comercios. Y no hay
autoridad que los detenga.
Moneda
corriente son los carteristas en las paradas de autobuses. Los conocen los
checadores y los conductores. Lo saben los policías y los vendedores. Los
‘artistas móviles’ que suben a los autobuses a realizar sus rutinas. Todos saben y los conocen pero nadie los
detiene.
En
Veracruz hay ausencia de Estado y ausencia de Dios.
Todas
y todos conocemos a una persona o hemos sido víctimas de, por lo menos, un
asalto en la vía pública. Hemos visto y testificado actos de corrupción. Nuevas
leyendas urbanas de terror se escriben en nuestras ciudades.
En
estas nuevas páginas la ciudadanía aparece como protagonista defensora de sus
bienes. Vecinos organizados protegen sus hogares, su tranquilidad y a sus
familias. ¿Y el Estado?
Miradas
acuciosas voltean a Guerrero y a Michoacán, pero no hacia nosotros. A los de
casa. ¿Necesitamos que desaparezcan a nuestros jóvenes o enfrentarnos a balazos
con las ‘fuerzas del orden’ para que nos miren?
Parte
de nuestra juventud ha sido ‘levantada’ por el crimen organizado. Por la
ausencia de Estado. Por la falta de oportunidades. Por carencia de escuelas.
Ellos y ellas ya no son nuestras. Viven una realidad inmediata. Hoy vivo,
mañana no sé.
Ellos
y ellas se arman. Se drogan. Roban. Violan y matan. En forma oficial se
registran varias decenas de pandillas juveniles en diversas colonias de Xalapa.
Pero el delito también se presenta en el primer cuadro de la ciudad. Jóvenes
que roban a jóvenes. Jóvenes que roban a adultos. Adultos que roban a jóvenes.
Una especie de batalla de todos contra todos. Así vivimos.
Será
difícil recuperarnos y salir de bache social en el que estamos y en el que
nunca quisimos estar. Al que nos llevaron y ni cuenta nos dimos. Muchos años de
trabajo nos esperan.
Lo
primero es recuperar la paz y tranquilidad. Sentirnos seguros al caminar por las
calles. No estar cuidándonos de las personas que caminen a nuestro lado.
Debemos
aprender a respetar y a respetarnos. No esperemos que el gobierno lo haga.
Menos del que tenemos. La inseguridad la vivimos y padecemos nosotros, no
ellos. De nosotros depende. Sólo de nosotros…
COLA DE GATO
Siete días y contando. Una semana se
cumple de la desaparición del periodista Moisés Sánchez Cerezo y el gobierno no
da resultados. Siete días y contando…
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