Ojo de Gato: Hay esperanza


Guillermo Manzano

Uno escribe de lo que sabe, de lo que ve. Uno observa su entorno para conocerlo y reconocerlo. Las protestas estudiantiles y ciudadanas que se dieron ayer en algunas partes del país motivan. Pero la que dieron las y los jóvenes del Colegio Preparatorio Vespertino de Xalapa me reconfortan, porque sé que hay futuro.
    Trabajar en una institución educativa fundada en el Siglo XIX es una loza que pesa mucho. Somos como paquidermos adiposos que les cuesta mucho poder levantar sus patas. Pero cuando se mueve las conciencias se agitan.
    Veía, veíamos el problema de Ayotnizapa desde lejos. Se comentaba en el café. Algunos se incorporaron a las protestas y marchas universitarias. Hasta ahí. Ni los normalistas nos fuimos a parar a nuestra Alma Mater. En fin. Cosa de viejos.
    Pero ayer el estudiantado del Colegio nos restregó en la cara lo que no hemos hecho. Decidieron parar actividades y sumarse a la jornada nacional en apoyo a los normalistas desaparecidos.
Hombres y mujeres de 15, 16 y 17 años. Rostros en metamorfosis del cambio. Se apostaron en la entrada principal con cartulinas en mano. Sin uniforme. Sólo mezclilla y camiseta blanca. Ahí escribieron el prologo de una vida con conciencia. De compromiso. De dignidad.
memobares/foto

    La gente leía las consignas del estudiantado: ‘¿Qué fosa le toca a la Juárez? ¿Qué cosecha un país que siembra cuerpos?’ Los automovilistas pasaban tocando el claxon en señal de apoyo. En respuestas la muchachada gritaba. Celebraba. Sabían que no estaban solos.
    Un pasado no muy remoto –pero pasado al fin- me alcanzaba de nuevo. Ahora me tocaba ‘cuidar’ que no cayeran en provocaciones. Que nadie viniera a ‘politizarlos y enmascararlos’. Era su iniciación en la protesta pública y daban la cara a pesar del miedo que tenían.
    Veo a los adolescentes asumir una posición ante la agresión del mundo adulto que cíclicamente mata a sus jóvenes. Veo a los adultos reconocerse en esas miradas limpias. Veo que hay esperanza y que uno puede morir en paz. No todo está perdido. Ahora lo sé. Ahora lo sabemos. Ellos y nosotros.
    La Dirección de Bachillerato envía a una persona de protección civil para evitar accidentes. Ya sabemos la angostura de la banqueta y la fila humana que a diario camina por ahí.
    La dirección del Colegio muestra respeto y solidaridad con quienes protestan. El personal docente –algunos, hay que decirlo- se suma a la protesta. Nos apostamos en la banqueta de enfrente. También los compañeros administrativos. También los compañeros manuales. Ahí estamos. Con quienes son esencia y razón de ser de una escuela: los alumnos.
    Hoy mantienen la protesta. Realizarán una jornada de diálogo entre sus pares. Proyectaran películas y buscaran contactar a la delegación que viene a Xalapa de la Normal Rural ‘Raúl Isidro Burgos’ de Ayotzinapa, Guerrero.
    No olvidemos que todo empezó el 26 de septiembre. No olvidemos la estupidez que genera la soberbia del ignorante con poder. No lo olvidemos porque Ayotzinapa no está muy lejos de Veracruz. Quizá esté más cerca de lo que imaginan. No olvidemos. No olvidemos…



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