Ojo de Gato: primera caída
Guillermo Manzano
Prensa Vendida tuvo su primera caída. Se
esperaba pero no tan pronto. No importa. No se acusa a nadie. En Veracruz todos
sabemos quienes tienen el poder, el dinero y el personal para ‘tirar’ portales
y páginas virtuales. Aquí nadie se dice engañado.
De
cualquier modo toda forma de escritura contemporánea sigue siendo tan vieja
como las pinturas rupestres. Y aún siguen las cuevas ilustradas y los censores
no. Por eso no hay preocupación. Porque es más fácil citar al Quijote que
recordar quién reinaba en España. Así se entiende el trabajo de las ideas. Así
es el ejercicio de la escritura.
Acuso
recibo. Sé que no será la primera caída. Habrá otras y, como en la lucha libre,
sin límite de tiempo. Nos sabemos indefensos pero no ingenuos. La crítica al
poder molesta a la gente que lo tiene. No importa la filiación ideológica
política. No importa los colores partidistas. Ellos, ellas se sienten
intocables. Pero no lo son. De todos los derechos que nos escamotean, siempre
defenderé el de pensar. Ese no me lo quitan. Ese derecho es mío. Es mi poder y
lo ejerzo.
Agradezco
a las amistades y a todas y todos quienes mostraron su solidaridad. Mediante
mensajes, mediante su columna. No pasa nada. La bachata sigue y hay mucha rumba
que bailar. Hasta que el cuerpo aguante. Hasta que este estado, este país sea
el que merecemos, el que queremos y aún así, debemos mantener el ojo listo para
denunciar los desvíos, las corrupciones, las transas. Porque el poder aunque
sea chiquito, se siente bonito.
Prensa
Vendida seguirá dando espacio a nuevas voces. A quienes los medios no ven, no
quieren ver. Voces que son ajenas a los grupos de poder. Gente que como Usted y
como yo, somos de esa que llaman ‘ciudadanos de a pie’.
Porque
los caminantes son, parafraseo al poeta, los que hacemos camino. Sólo así
podremos llegar a nuestro destino. Sea cual sea. Es el que nos labramos. Es el
camino que toca recorrer. Al final sabremos si fue el correcto o no. Pero eso
ya no importa, porque ya no habremos de caminar de nuevo. Ya no más.
Gracias
a quienes confían en esta propuesta. Su modestia es notoria. Su independencia
también. Su dignidad es palpable. Ese es nuestro tripié. Esas son las columnas
que han sostenido el trabajo. No conozco otra. No me interesa conocer otras.
Espero que la otra parte, la que ‘nos tiró’ lo lea. Lo entienda. Lo acepte. No
hay margen de negociación. La honestidad no es moneda de cambio. Al menos no en
esta casa.
Pues
hoy regresamos y lo hacemos con más ánimo que cuando empezamos. Porque sabemos
lo que hacemos. Porque queremos lo que hacemos. Porque vivimos para escribir y
no viceversa. Pero sobre todo, porque ejercer la libertad de opinión no sólo es
lúdico, sino nos hace sentir plenos, satisfechos, felices. ¿Cómo puede Usted
comprar la felicidad, señora y señor del poder?
En
este tren no vamos solos. Somos muchos y las coincidencias nos unen y las
diferencias nos fortalecen. De eso se trata. De ser más. Porque ‘somos mucho
más que dos’.
www.prensavendida.com
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