Ojo de Gato: la ‘Atenas’ del Hay Festival


Guillermo Manzano


La promoción turística para Xalapa tendrá que esperar mejor momento. De nada sirven las ‘buenas intenciones’ del secretario de turismo estatal ni del alcalde. La realidad es terca e implacable. Porque nadie, en sus cinco sentidos, pagará por visitar una ciudad sucia, llena de baches, con protestas y marchas diarias. Ni modo. No pudieron arreglar la casa. No les dio tiempo. No quisieron o no pudieron. Para el caso, da igual.
     Hoy inicia la cuarta edición del Hay Festival. La casa está sucia y los invitados llegaron. ¿Qué mostrará la exigua Atenas a los artistas, creadores e intelectuales que vienen al Festival?
    Vayan donde vayan. Caminen por donde caminen. Vean para donde vean, sólo encontraran nuestras miserias sociales, económicas y públicas.
Nunca como hoy Xalapa había tenido este rostro. Maltrecho. Golpeado. Desfigurado. Vejado. Culpa nuestra. De nadie más.
    La ciudad es la novia maldita del gobierno. De buen recuerdo y nulo porvenir. De amores idos y de odios presentes. La nombran pero no la ven.  Así está ella. Peor quienes la habitamos.
    La fantasía de hacer de Xalapa un referente del turismo cultural raya en la locura. Discursos de oropel. Saliva pura.

    Pero una ventaja que tenemos con nuestros visitantes es que podemos hablar con ellos. Porque si algo caracteriza a estas personas es una curiosidad extraordinaria. Todo lo observan. Todo lo huelen. Lo mejor: no están coptados ni se sienten obligados al servilismo al que están acostumbrados ‘los anfitriones’.
    No puedo dejar mi lado morboso y pensar a dónde y por dónde llevarán a los participantes del Hay Festival. Porque trasladarlos por el centro es pasar por un símil de campo de guerra: hoyancos en las calles. A las sedes que están fuera del perímetro de las protestas sus caminos están iguales o peor.
    La masa gris institucional poco o nada dirá que se aleje del guión que le dieron. Nadie le pega patadas al pesebre. Ellos menos.
    Quizá el secretario de turismo o el presidente municipal se tomen algunas fotografías. El segundo los declarará huéspedes distinguidos. El Cabildo aplaudirá y después sus integrantes se preguntarán: ¿Quién chingaos son estos güeyes?
    Para ser un destino turístico nos falta mucho. ¿Qué podemos ofrecer? ¿De veras tenemos algo ‘que presumir’? No lo creo. Sólo tenemos grupos artísticos y creadores institucionales. Los otros, las otras, no cuentan para este Hay Festival.
    Lo curioso de todo esto es el retroceso. En vez de avanzar cada vez lo hacemos peor. Pero las cifras oficiales me desmentirán. Los millones de pesos ‘invertidos’ serán triplicados por la derrama económica que habrá en la región. Las cámaras empresariales dirán que todo fue una maravilla. Los ‘líderes sociales’ permanecerán en casa contando el dinero que les dieron para no protestar. Y todo será mejor. En la Isla de la Fantasía todo se puede. Aquí no somos como Santo Tomás: aquí se cree aunque no se vea. Aquí lo malo es bueno y lo bueno… lo bueno no existe, por eso hacen de lo peor lo mejor. Pero que nadie le diga ‘al jefe’. Ya ven cómo se pone cuando se le contradice.
   

   






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