Ojo de Gato: El consuelo del 7


Guillermo Manzano

Le gusta jugar con los números. Los acomoda a su gusto y conveniencia. Está bien. Cada quién sus gustos y manías. Ahora dice que no los expertos se equivocan. Que no saben. Que Veracruz es el séptimo lugar y no el segundo. Que hicieron mal los cálculos. Está bien. En este país tenemos garantizada la libertad de creencias.
    Lo cierto es que en la entidad se ha reportado 123 secuestros en los primeros ocho meses. 50 más que en agosto del año pasado. ¿Y eso qué?, ocupamos el séptimo de 32 sólo en ese rubro delictivo. No nos metamos con el resto de delitos porque se nos complica la vida. Si la realidad no se acomoda a su verdad, culpa de ella. Aquí las fechorías van a la baja, dice él.
    Pero lo que dice y hace el Gobernador de Veracruz no es ajeno a lo que hacen y dicen sus homólogos. Vamos, ni a lo que hace el Presidente de la República. Para ellos las tragedias familiares son números. No importa el dolor, la angustia, la desesperación.
    Lo que importa es que los delitos justifican el presupuesto para ‘seguridad publica’. Para gastar dinero ajeno. Para armar empleados que cuando los corran sean los nuevos delincuentes a combatir. Así, en un círculo interminable. Infinito.
    El perfeccionamiento y eficacia que muestran los grupos delictivos se debe a nuestros impuestos. Nosotros les pagamos sus entrenamientos y capacitaciones. Para eso tenemos academias. Para eso les compramos armas. Para eso les pagamos sus gasolinas. Después, ellos y ellas eligen con quienes trabajar.

    Porque cosa curiosa y casual: desde que empezó a incrementarse el gasto en ‘seguridad’ los índices delictivos aumentaron. En Veracruz tenemos nuestro infierno particular.
    Pero, sólo para joder al vecino, 123 secuestros en ochos meses representa 15 por mes. Es decir, uno cada dos días. Pero eso no debe importarnos porque el joven Duarte dice que este delito ‘va a la baja’.
    Por supuesto que estos datos son los delitos denunciados, no los reales. Cifras oficiales que nadie nos garantiza su apego a la realidad. ¿Cuántos secuestros hay en Veracruz?
    Porque cada uno representa dolor. Cada uno representa pérdida del patrimonio familiar. Cada uno es una historia particular, pero que se generaliza por ser compartida por decenas, quizá cientos, de familias.
    Pero ya que le gusta al joven político manipular los números, pues habrá que decirle que cada día que pasa es un día menos como gobernador. Que ha sido un fracaso. Que no pudo, ni supo qué hacer con el poder político. Que hace ya casi cuatro años juró respetar la ley, pero pareciera que hizo un juramento de amor. Efímero. Frugal. Sin sentido.
    A nosotros sólo nos queda contar los días en que se vaya. Cada vez está más solo. Cada vez se alejan de él ‘sus amigos’. Cada vez se le dificulta ‘llenar’ los espacios vacíos. El próximo años será peor para él. El dinero que sus subalternos desvían -con beneplácito del joven-, para ‘trabajar el distrito’ no es ni será suficiente para que alcancen impunidad.
    Ya falta menos para que se vaya. Ya falta menos para que se vayan…


   
   
   








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