Ojo de Gato: Sociedad pasmada

Guillermo Manzano

Lo mejor que puede tener un gobierno corrupto y corruptor es una sociedad pasmada. Gente quieta y tranquila como la que describió hace años Gabino Palomares en su ‘letanía de los poderosos’. Con instituciones al servicio de los poderes político, económico e ideológico. Estamos impávidos ante las agresiones, ante los abusos, ante la basura periodística, ante la soberbia de los hombres y mujeres del poder. Estamos ocupados en buscar empleo o conservar el que tenemos. Estamos quietos y de nada sirve que se difunda, se conozca, se sepa de latrocinios al erario porque no hacemos nada. Somos pueblo y parece que seguiremos siendo pueblo, masa amorfa que de vez en vez se queja para que nos tiren migajas y tengamos que comer.

     El país se derrumba. Impasibles vemos el espectáculo. Como si fuera algo lejano y ajeno y no la tierra que nos vio nacer y la que, si es que queda algo, dejaremos de herencia. El estado, Veracruz, es un caos. Una cloaca hedionda donde el robo, el abuso y la burla a la ley es la norma que rige los actos y la vida de los vividores del erario.

     Funcionarios inhabilitados por la federación que siguen en sus cargos, ex vendedores ambulantes que construyen mansiones tras ocupar cargos en la función pública, legisladores doblegados para cumplir los caprichos del gobernador. Oposiciones que simulan para vender caro sus favores, auténticas suripantas de la política que no les importa doblarse con tal de recibir dinero. Un poder Ejecutivo frívolo, vacuo, ajeno a las realidades y ensimismado en sus propias fantasías  que ni Lewis Carroll hubiera imaginado. Eso tenemos y eso merecemos.

Salario del profesor de educación física y dirigente de la Sección 32 del SNTE en Veracruz

     Lo merecemos por apáticos, por gandayas y joder a nuestros iguales y que menos tienen, por regatear a las vendedoras de verduras y legumbres y pagar sobreprecios en tiendas departamentales. Lo merecemos por no tener consideración con nadie. Por joder con el claxon, por chingarse unos pesos y ofrecer ‘mordidas’ a inmorales iguales que nosotros. Por hacer la ‘revolución virtual’ pero quedarnos en casa para evitar el sol o la lluvia y así no protestar en las calles. Por sufragar por los mismos políticos de los mismos partidos que sólo se reciclan y mutan de piel, pero que desde hace décadas viven de nuestros impuestos.

     Por vender nuestra conciencia al mejor postor, por saltimbanquis ‘ideológicos’, porque no tenemos madre para chingar al primero que se descuide. Desde un dulce en la tienda de la esquina, hasta al ‘pendejo’ que no se dio cuenta y olvidó su cartera para que yo la recogiera.

     Por eso merecemos los gobernantes que tenemos. Porque por unas lentejas nos vendemos al mejor postor. Porque preferimos la beca y callar. Porque en boca cerrada no entran moscas, aunque nos estemos atragantando de tanta mierda que nos endilgan a diario.

     Pero no sólo es Veracruz. También Puebla, Chiapas, Sonora, la Ciudad de México, Tabasco y, sin pensarle mucho, cada entidad vive, tiene su propio Calígula.

     No sé si tengamos solución o recetas para vivir en este infierno. Lo que sé es que estamos pasmados y no hacemos nada.