Ojo de Gato: Año y medio
Guillermo Manzano
Han transcurrido 18 meses del
asesinato de Regina Martínez. Año y medio y el gobierno de Javier Duarte sólo
ha mostrado su ineficacia, ineficiencia e ineptitud. No ha podido hacer cumplir
la Constitución y las leyes que de ella emanan. No puede, no pudo y no podrá nunca
tener la conciencia tranquila. Claro que si alguien me dice lo contrario,
entonces el gobernante de marras es cómplice del crimen y por eso no quiere
resolverlo.
Muchos
quieren olvidar el 28 de abril de 2012. Otro tanto la mantiene en su memoria
hasta que se haga justicia. Hoy estamos peor que ayer. No hay detenidos, no hay
‘chivos’ a quien culpar, no hay nada. Dos procuradores no han podido. El
actual, está más preocupado porque su hijo sea magistrado del Poder Judicial
veracruzano, que por su trabajo. Así las cosas.
Lo
que olvidan o ignoran es el trabajo y vida de quien hoy recordamos. No hay
comparación con los amanuenses. No le llegan quienes por unos pesos vendieron
su dignidad. Letra por letra se forja la vida y ellos y ellas sólo llevan su
Letra Escarlata. Por eso serán identificados.
Regina
descansa en paz porque hizo lo que tenía que hacer. Nosotros no podemos vivir
en paz hasta que se conozca la verdad y se haga justicia. Tampoco podemos dejar
en paz a los irresponsables políticos y burócratas que cobran de nuestros
impuestos. Que lucran con el dolor ajeno y creen que todo tiene precio. Quizá
porque ellos si lo tienen.
Foto: Guillermo Manzano |
No
les creemos dijo Don Julio Scherer un día después del crimen. Tampoco nosotros.
Pruebas sobran para confirmar la deshonestidad de quienes dicen procurar
justicia en Veracruz. Por eso no miento cuando digo que no les creo.
La
verdad se construye a modo de quien paga. Por eso han querido manchar la
memoria. Pero la mierda que ellos destilan nada más corre en las cañerías, en
los libelos, en los escribanos y en quienes le deben la comida de sus hijos a
Javier Duarte.
Año
y medio es mucho tiempo. Cada día transcurrido pesa. Pero también motiva a
seguir en la brega cotidiana, en la trinchera que cada uno tiene y en la
constante de exigir justicia para Regina. En su tumba está la exigencia: Verdad
y Justicia. En nosotros está el compromiso. No importa que las puertas se
cierren, siempre habrá una rendija donde podamos gritar y exigir.
En
vísperas de las festividades de muertos, sólo puedo repetir las palabras que
escribí para Regina hace un año: ‘Como
verás nada ha cambiado desde tu ausencia. Siguen las intimidaciones. Sigue la
ineptitud oficial. Sigue la soberbia institucional (soberbia que trata de
ocultar carencias, complejos y traumas). Sigue la simulación. Sigue el premio y
castigo con dinero. Siguen ‘orejeando’ los palurdos convertidos en ‘jefes’. En
fin, sigue la misma mierda que denunciaste, exhibiste y documentaste. Pero
también sigue la esperanza. Esa aún no muere’
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