Ojo de Gato: Manzur
Guillermo Manzano
La impericia se puede confundir con
estupidez y viceversa. La ‘separación del cargo’ en la secretaría de finanzas de
Salvador Manzur, muestra lo dicho.
Tardío,
como habitúa, Javier Duarte lo anunció el viernes pasado. Era lógico. Hasta los
neófitos que cobran del erario y presumen doctorado lo decían. Sobre todo
después de ser exhibida su moral y ética por el país y el mundo. (En Veracruz,
todos calladitos). Manzur debió renunciar. No lo hizo. Se aferró. Lo aferraron.
Pero no le dijeron en público: ‘tu aguanta Salvador, son los mismos de siempre’.
No llegó ese espaldarazo del ‘amigo’. Ese apoyo que limpiara su imagen ante su familia,
sus hijos y los veracruzanos. No. Por el contrario, el balbuceo oficial, la
incertidumbre, la promesa no cumplida de que comparecería ante los diputados
locales. El ‘amigo’ quedó pasmado. Quizá porque ‘el amigo’ temblaba y no supo
reaccionar ante la contingencia. El Gobernador sabe que vive una agonía
política. No sabe qué hacer.
Pero
a la ciudadanía veracruzana no le basta con que lo retiren ‘del frente’. A los
contribuyentes del país (recuerden que quiso lucrar con programas sociales federales)
no les satisface que lo manden a un rincón y le coloquen ‘sus orejas’ por haber
hecho mal la tarea. Lo que muchos queremos y exigimos es una explicación amplia
y profunda del por qué estaba en esa reunión con operadores electorales del
PRI. Por qué daba órdenes para sesgar los apoyos federales y sobre todo, que ofrezca
una disculpa pública, a quienes integran el padrón que calificó de ‘oro molido’
para los fines del Gobierno, del PRI y de unos cuantos.
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Foto: Comunicación Social del Gobierno de Veracruz |
Es
urgente y necesario que las instancias oficiales lo citen, que declare y que se
difunda su declaración. Ofendió a quienes vivimos en Veracruz. Ofendió a
quienes vivimos en este país.
Salvador
Manzur es un político ‘hechizo’. Confeccionado en el sexenio de Fidel Herrera.
Es decir, en el peor de los gobiernos que hemos padecido quienes vivimos en
Veracruz. Es un alfil que sirve a intereses ocultos. No es claro. No es
honesto. Mucho menos es un individuo en quien se puede confiar para la
administración pública. Por eso estuvo menos de dos meses como secretario de
finanzas. Porque ni su ‘amigo’ puede confiar ya en él.
Muchas
y variadas son las justificaciones. Lo cierto es que el actual gobierno de
Javier Duarte sólo muestra yerros. No hace falta ser vidente para saber cómo
terminará el sexenio (si es que lo termina) ni como terminaremos los habitantes
de este estado. Las instituciones veracruzanas están carcomidas por la
corrupción. Y el principal corruptor, sigue en libertad e interfiriendo en
nuestros destinos…
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