GUTIERREZ BARRIOS OMITIO EN EL SENADO SU PARTICIPACION DIRECTA EL 2 DE OCTUBRE DE 68


(Hace 12 años, Fernando Gutiérrez Barrios era senador por Veracruz. Un documento para recordar en vísperas del 2 de octubre y más, cuando 'periodistas independientes' de Veracruz, se hartan de citar ' al hombre leyenda' como referente de la libertad de expresión) 

Agustín Ambriz/apro

 

MEXICO, D.F., 7 de octubre (Proceso).- Señalado como presunto responsable de la matanza del 2 de octubre de 1968, el actual senador Fernando Gutiérrez Barrios quiso deslindarse el jueves 5 de su participación activa en esos acontecimientos.
Desde la tribuna del Senado, expresó:
    “Diversos testigos presenciales coinciden en afirmar que la provocación provino de personas ubicadas en los edificios aledaños a la Plaza de las Tres Culturas. Sin embargo a tres décadas de lo ocurrido, esto no se ha logrado esclarecer.”
Según documentos del entonces secretario de la Defensa Nacional, general Marcelino García Barragán –publicados en el libro Parte de Guerra de Julio Scherer García y Carlos Monsiváis--, Gutiérrez Barrios, en coordinación con el jefe del Estado Mayor Presidencial, general Luis Gutiérrez Oropeza, ocupó varios departamentos en la Unidad Tlatelolco para colocar en ellos a integrantes del Batallón Olimpia, encargados de  detener a los líderes estudiantiles. En una terraza del edificio Chihuahua –afirma García Barragán--, se encontraba “este Capitán Fernando Gutiérrez Barrios”.

En documentos póstumos entregados a Julio Scherer García, Marcelino García Barragán explica que la presencia del ejército en el acto se debió a la “información falseada, exagerada y alarmista” que recibió del secretario de Gobernación, Luis Echeverría, respecto a la dimensión del conflicto estudiantil.

También señala que el plan original del ejército era detener a los cabecillas del movimiento, pero que un inesperado grupo de francotiradores, vestidos de civil, dispararon contra los estudiantes y los militares, lo que propició la respuesta del ejército.

    García Barragán refiere que poco después de iniciado el tiroteo comprobó que esos francotiradores habían sido enviados, sin su consentimiento, por el jefe del Estado Mayor Presidencial, quien le solicitó que dejara libres a dos integrantes del EMP armados con metralletas, que habían sido detenidos con los estudiantes en el edificio Chihuahua.
    Cuenta:

Eran las 7 de la mañana, estaba en mi despacho, donde tenía varios días durmiendo en la Secretaría con mi Estado Mayor, mi Secretario Particular y Ayudantes planeando la forma de terminar con el movimiento; en esos momentos llegó el Capitán (Fernando Gutiérrez) Barrios (actual Subsecretario de Gobernación) al que esperábamos sus  informes para completar mi plan.

Reunidos en mi despacho, escuché todos los informes y pregunté al Capitán Barrios ¿podremos encontrar en el Edificio Chihuahua algunos departamentos vacíos, donde meter una compañía?, Barrios me contestó, déjeme ver; tomó el teléfono y habló con el general Oropeza, me pasó al audífono, y le dije a Oropeza que me consiguiera para antes de las dos de la tarde, los departamentos que pudiera para meter a una Compañía; en media hora tenía conseguido tres departamentos vacíos a mi disposición, uno del 3er piso y 2 en el 4o piso, serían las 11 de la mañana del 2 de octubre cuando recibí este informe se necesitaba para completar mi plan que nada más yo lo sabía, pues el Estado Mayor me indicó que no encontraban la forma de aprehender a los cabecillas sin echar balazos.
Ordené al General Castillo que con el Coronel Gómez Tagle y el Capitán Careaga se fueran a inmediatamente a reconocer los departamentos vacíos del Edificio Chihuahua y estuvieran de regreso con las llaves a las 12:30, así lo hicieron. Ordené poner centinelas con la Policía Militar, para que no dejaran subir a nadie, ni entrar sin mi permiso personal, para evitar alguna infiltración e indiscreción, se cumplió al pie de la letra, en mi Despacho mandé traer sandwiches y refrescos, desayunamos y comimos…
    Terminamos el plan a las dos de la tarde y lo traducimos en órdenes que se cumpliera a las 15:30 de esa tarde. El Capitán Careaga faltando 20 minutos estaba acantonado en los Departamentos vacíos del Edificio Chihuahua, con órdenes de aprehender a Sócrates Amado Campos cuando estuviera en el micrófono; el Coronel Gómez Tagle a las 3:40 del día 2 estaba con su Batallón Olimpia con su dispositivo, para tapar todas las salidas del Edificio Chihuahua, para evitar la fuga de los cabecillas que a las cuatro de la tarde ya estaban todos en los balcones del 3er piso y una terraza para empezar el mitin, este Capitán Fernando Gutiérrez Barrios. Empezó; y a la hora en que Sócrates estaba más entusiasmado hablando a la multitud con micrófono en mano, un soldado escogido por el Capitán X, muy fuerte y decidido jaló de las piernas a Sócrates derribándolo, éste siguió hablando hasta que el Capitán le puso su pie en el micrófono y se lo quitó, en esos momentos comenzaron los disparos de las cinco columnas de seguridad que a las ordenes de XXX estaban apostados en la azotea de los demás edificios esperando al ejército quien contestó el fuego
En su discurso del jueves 5, Gutiérrez Barrios en ninguna ocasión se refirió a su participación directa en lo sucedido el 2 de octubre en Tlatelolco.
Gutiérrez Barrios figura en la lista de militares y políticos acusados de genocidio en la denuncia de hechos --presentada en septiembre de 1998 por exdirigentes universitarios-- que actualmente analiza la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para determinar si es posible o no abrir la investigación y castigar a los responsables.
    El senador veracruzano subió a la tribuna obligado por los señalamientos que hicieron senadores perredistas, quienes solicitaron la creación de una comisión legislativa para que profundice en la investigación.
    Ante sus compañeros del Senado, Gutiérrez Barrios se deslindó:
    “El presidente Gustavo Díaz Ordaz asumió ante la nación la responsabilidad personal, ética, social, jurídica, política e histórica por las decisiones de su gobierno en relación con los sucesos de ese año.”
    Defendió al ejército ante la previa exigencia --también desde la tribuna-- del perredista Armando Chavarría Barrera, de que “no se puede cruzar el umbral de la historia sin saldar cuentas del pasado”.
    Gutiérrez Barrios atribuyó la responsabilidad de la matanza a la “atmósfera cargada de tensiones,  potencialidades y rupturas” que entonces prevalecían en el conflicto universitario.
    “El ejército –expuso-- cumplió con el sentido jerárquico de su estructura orgánica con base en los valores de la disciplina y la lealtad. Hasta donde se sabe, su presencia el 2 de octubre tenía como propósito la disuasión para evitar enfrentamientos, ya que estudiantes planeaban trasladarse al Casco de Santo Tomás, que se encontraba custodiado por miembros de las fuerzas armadas.
    “El gobierno insistió en preservar el orden institucional y los grupos de manifestantes, por su parte, en mantener sus demandas. Se trataba de dos lenguajes, de dos universos políticos distintos. Todo ello se traduce en un clima irreductible que generó una atmósfera cargada de tensiones y potencialidades y rupturas que trajo como resultado los hechos violentos del 2 de octubre.”
    Y recomendó:
“La variedad de factores y fuerzas que desencadenaron ese fenómeno fue de tal multiplicidad que para lograr su comprensión se debe privilegiar la sensatez y la razón por encima de la pasión y la emoción.”
Gutiérrez Barrios hizo un balance de su responsabilidad como encargado de la Seguridad Nacional durante el gobierno de Díaz Ordaz. En el acto, entregó una copia del informe –ya anteriormente difundido— que hace 32 años rindió por escrito al entonces presidente de la República sobre la forma como ocurrió la matanza, según el hoy senador.
    “En la madrugada del 3 de octubre de 1968 cumplí con la obligación que tenía asignada en ese tiempo. Informé por escrito y con detalle al presidente de la República sobre los hechos violentos que se habían presentado.
    “Le di a conocer el número de muertos, heridos y detenidos, así como los lugares donde se encontraban recluidos cada uno de estos últimos. Lo hice con veracidad y oportunidad, tomando en cuenta la situación del momento que se vivía. Nada oculté.”
    Cuenta en ese informe: “A las 18:15 horas irrumpió en ese lugar el Ejército. El general José Hernández Toledo, comandante del batallón de fusileros paracaidistas, a través de un magnavoz, exhortó a los estudiantes a que se dispersaran, siendo recibido por una descarga desde varios edificios, tocándolo una bala que lo hirió en el pecho.
    “A partir de ese momento, francotiradores empezaron hacer disparos desde los edificios Chihuahua, 2 de Abril y de las partes bajas de los edificios que circundaban la Plaza de las Tres Culturas, inclusive de la zona cercana a la vocacional 7, por lo que el Ejército contestó el fuego.” 
Ni una palabra sobre los francotiradores enviados por el jefe del Estado Mayor Presidencial.
   

Comentarios

Entradas populares