Ojo de Gato: Los Candidatos
Guillermo Manzano
Los poderes fácticos del país
seleccionaron a sus candidatos. Sus correas institucionales les tomaron la
protesta de ley. El órgano electoral se vuelve ‘un animador’ de los procesos y
nosotros, sólo somos convidados de palo. Los partidos festinan con anticipación
el dinero público que disfrutarán. Las burocracias, familiares, amigos,
cómplices e incondicionales ya están anotados en los primeros lugares de las
listas de representación popular. Lo que menos importa les importa es la
Presidencia de la República porque representan lo mismo y a los mismos, además
¡los elegidos’ tienen un común denominador: carencia de auto crítica. Veamos:
Peña habla de ‘lo nuevo’ y es
incapaz de conceptualizar o definir que ‘es lo nuevo’. Olvida los 70 años de
oprobio que el PRI le infirió al pueblo mexicano. Las décadas de corrupción que
fueron estigma y sinónimo de ‘hacer política’. Los excesos de Luis Echeverría y
José López Portillo. Los desfalcos del pasado y presente que su partido realiza
en los estados que gobierna y gobernó. Moreira, el Góber Precioso, Ulises Ruiz, Fidel Herrera son carne de cárcel y
Peña lo omite o simplemente no le da ‘la sesera’ para entender. El pasado no
existe para Peña, por lo tanto el futuro tampoco.
Vázquez hace lo mismo.
Perdidos en su propia estela de corrupción los panistas son ajenos a la
reflexión. De aceptar que bastaron 12 años en la presidencia para igualar y
mejorar las corruptelas de sus antecesores. De los hermanos Bribonescos y la Señora Marta, de los
latrocinios de Luis Ernesto Derbez (documentado en forma excepcional por
Ernesto Villanueva en la Revista Proceso número 1845), de los miles de muertos
y otro tanto de hogares destrozados por la necedad de Felipe Calderón. De los
ridículos de Genaro García Luna cuyo trauma patológico por ser ‘estrella de
televisión’ pone al país en una pista de circo.
Vázquez olvida a los
niños de la guardería ABC de Hermosillo, Sonora. Olvida la alianza que su
partido hizo con Elba Esther Gordillo. No puede, no quiere, no desea hacer un
balance real sobre los años presidenciales del panismo.
La izquierda hace mucho
tiempo dejó de tener presencia electoral. El PRD sólo representa camarillas de
mafiosos carentes de principios. Sumidos en su amargura y frustración recogen
las vísceras y pellejos que los otros partidos tiran. ‘La República Amorosa’
sólo es una ocurrencia de quien vive en ‘la honestidad’ con dinero público.
Incapaces de reaccionar lo mismo abanderan genocidas (Ángel Aguirre Guerrero, gobernador
de Guerrero) que a funestos personajes cobijados con el halo de la sospecha y
la represión (Manuel Barttelt Díaz). También los ladrones descubiertos
infraganti (René Bejarano) son bienvenidos en el manto guadalupano que hoy
pregonan López y sus incondicionales.
Los ciudadanos somos
rehenes de los partidos. Ellos seleccionaron a sus candidatos, bajos sus
reglas, usos y costumbres. Nadie nos invitó. Sólo ellos, su militancia, fue la
élite que determinó por quién debemos de sufragar. ¿Con 110 millones de
habitantes, sólo esos merecen ser presidentes?
Ahora, quienes nos
escamotearon nuestro derecho a la libertad e independencia político-electoral,
claman que votemos por ellos. Agoreros y amanuenses los tratan de vender como
los nuevos mesías que salvarán al país. ¿Y quién los salvará a ellos del juicio
de la historia?
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