A Pie de Calle: Sansón

Guillermo Manzano Cada vez que pasaba frente a su casa me acosaba con sus ladridos. No sé a ciencia cierta el por qué esa animadversión. Pienso que me ubicaba como el dueño de Janis quien siempre buscó acercarse a la reja que separaba la calle de su hogar, pero él jamás le permitió una ‘olfateada’. Dicen los enterados que su raza es Shar-Pei. Igual, aunque eso es lo que menos importa. Siempre soberbio, miraba con desdén a los que osaban pasar ‘por su territorio’. No importaba la hora, él estaba atento a vigilar su casa. Hace unas semanas, cuando regresaba por la noche a casa, un perro se atravesó de improviso. Tuve tiempo de frenar. No acostumbro a manear rápido por mi miopía. Sabina me dijo: es Sansón. Sí era Sansón, quién mostraba su nulo dominio de caminar por la calle. Era obvio que se salió sin que sus dueños se dieran cuenta. Me detuve para hablarle, pero ya había desaparecido en la oscuridad de la noche. Los días siguientes, cuando pasaba por su casa, volteaba con disimulo para ver si estaba ahí. No. Sansón desapareció. Una tarde lo volví a ver: estaba lastimado de un cuarto trasero. Su piel mostraba laceraciones. Le hablé por su nombre. Volteó la cara y me miro con una tristeza de blusista deprimido. Hasta ganas me dieron de invitarle un trago y escuchar boleros, sones y blues. Después lo vi ‘rolando’ con la jauría del rumbo de la antigua estación de ferrocarriles. Luego supe que sus dueños, simplemente no lo quieren. Sansón se pasa la vida entre la calle, su casa (cuando lo dejan entrar) y rocanroleando con la jauría. Hace dos días caminaba a la esquina a esperar mi autobús. Sansón tomaba el sol. Ya no era agresivo. Ya no ladraba. Sólo miraba a la gente pasar. Como Diógenes reclama sus rayos de sol. Pero algo llamó mi atención. Entre sus patas jugaba un gato neonato. Sansón tenía una nueva prioridad en su vida: cuidaba a un par de gatos huérfanos. Quizá él no sabe de las profecías mayas y el fin del mundo. Menos de candidatos idiotas y amorosos. Y no lo puede saber, porque él simplemente observa la vida, a pie de calle.
Foto: gm

Comentarios

Entradas populares