Veracruz: la elección y el 2012 (Julián Andrade)
Viernes 23 Julio
La elección en Veracruz desmonta algunos mitos sobre el comportamiento electoral y que forman parte del pleito entablado por quienes perdieron.
En primer lugar, la contienda no fue cerrada. Javier Duarte, el candidato del PRI, le ganó a Miguel Ángel Yunes, el abanderado panista, por 85 mil 575 sufragios.
Duarte, además, es el político más votado en la historia del estado al alcanzar un millón 393 mil votos para su partido.
La participación en la jornada de votación fue del 60 por ciento del padrón, un porcentaje nada despreciable y que da una idea del nivel de politización de los veracruzanos.
El PRI ganó en las zonas urbanas, las más vigiladas y en las que participaron miles de observadores; el Instituto Electoral veracruzano registró a 2 mil 107.
¿Qué significa esto? Que Duarte derrotó a Yunes en los lugares de mayor educación y donde es muy difícil realizar un fraude.
El PAN y el partido de Elba Esther Gordillo, el Partido Nueva Alianza, obtuvieron el triunfo en municipios pequeños y alejados.
En la elección se renovó la presidencia de 212 alcaldías. El PRI obtuvo el triunfo en 83 de ellas y el PAN en 91, pero los priistas gobernarán al 58 por ciento de la población, frente a un 32 por ciento que lograron los panistas.
La fuerza del priismo se concentró en ciudades como Veracruz, Xalapa, Boca del Río, Pánuco, Tuxpan, Poza Rica, Papantla, Córdoba, Orizaba, San Andrés Tuxtla, Acayucan, Coatzacoalcos y Minatitlán.
En el puerto de Veracruz, por cierto, se realizó por primera vez en la historia, y como una exigencia del PAN, un recuento de las casillas voto por voto, que al final confirmó la victoria de los priistas y que por cierto obtuvo una mujer, Carolina Gudiño Corro.
Los datos están ahí y el pleito que encabeza Miguel Ángel Yunes tiene que ver más ya con la agenda de 2012 que con la propia elección de gobernador.
Veracruz es la tercera entidad en importancia por el número de electores, después del Distrito Federal y el Estado de México. Hay 5 millones 500 mil empadronados, lo que sin duda lo convierte en un objetivo estratégico.
Fidel Herrera es uno de los activos más importantes del PRI a nivel nacional y es evidente que todavía tiene un buen trecho por delante una vez que deje la gubernatura. Por ello no fue casual que una parte de los más elaborados ataques previos a la elección fueran justamente contra Herrera.
Hay que entender, entonces, las descalificaciones a las elecciones en Veracruz, dentro de un esquema que ya tiene que ver más con los próximos meses que con un verdadero espíritu democrático.
julian.andrade@razon.com.mx
La elección en Veracruz desmonta algunos mitos sobre el comportamiento electoral y que forman parte del pleito entablado por quienes perdieron.
En primer lugar, la contienda no fue cerrada. Javier Duarte, el candidato del PRI, le ganó a Miguel Ángel Yunes, el abanderado panista, por 85 mil 575 sufragios.
Duarte, además, es el político más votado en la historia del estado al alcanzar un millón 393 mil votos para su partido.
La participación en la jornada de votación fue del 60 por ciento del padrón, un porcentaje nada despreciable y que da una idea del nivel de politización de los veracruzanos.
El PRI ganó en las zonas urbanas, las más vigiladas y en las que participaron miles de observadores; el Instituto Electoral veracruzano registró a 2 mil 107.
¿Qué significa esto? Que Duarte derrotó a Yunes en los lugares de mayor educación y donde es muy difícil realizar un fraude.
El PAN y el partido de Elba Esther Gordillo, el Partido Nueva Alianza, obtuvieron el triunfo en municipios pequeños y alejados.
En la elección se renovó la presidencia de 212 alcaldías. El PRI obtuvo el triunfo en 83 de ellas y el PAN en 91, pero los priistas gobernarán al 58 por ciento de la población, frente a un 32 por ciento que lograron los panistas.
La fuerza del priismo se concentró en ciudades como Veracruz, Xalapa, Boca del Río, Pánuco, Tuxpan, Poza Rica, Papantla, Córdoba, Orizaba, San Andrés Tuxtla, Acayucan, Coatzacoalcos y Minatitlán.
En el puerto de Veracruz, por cierto, se realizó por primera vez en la historia, y como una exigencia del PAN, un recuento de las casillas voto por voto, que al final confirmó la victoria de los priistas y que por cierto obtuvo una mujer, Carolina Gudiño Corro.
Los datos están ahí y el pleito que encabeza Miguel Ángel Yunes tiene que ver más ya con la agenda de 2012 que con la propia elección de gobernador.
Veracruz es la tercera entidad en importancia por el número de electores, después del Distrito Federal y el Estado de México. Hay 5 millones 500 mil empadronados, lo que sin duda lo convierte en un objetivo estratégico.
Fidel Herrera es uno de los activos más importantes del PRI a nivel nacional y es evidente que todavía tiene un buen trecho por delante una vez que deje la gubernatura. Por ello no fue casual que una parte de los más elaborados ataques previos a la elección fueran justamente contra Herrera.
Hay que entender, entonces, las descalificaciones a las elecciones en Veracruz, dentro de un esquema que ya tiene que ver más con los próximos meses que con un verdadero espíritu democrático.
julian.andrade@razon.com.mx
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