Ojo de Gato 50
Guillermo Manzano
Elecciones II: Alianzas
En esta segunda entrega sobre el proceso electoral en Veracruz, comentaré sobre la forma en que se presentan los partidos al electorado. La estrategia diseñada para las elecciones de este año fueron las alianzas. Si estas alianzas hubieran sido reales y no formales, contaríamos con tres bloques específicos con perfil e identidad política. Pero en realidad fue una suma de ceros en torno a la figura predeterminada por los poderes federal y estatal. Tres coaliciones se nos presentan: PRI-PVEM-PRV; PAN-Panal y PRD-PT-Convergencia. Estas alianzas formales no representan nada ni a nadie. Las militancias (en el caso de los partidos que cuenten con militancia, porque la mayoría son membretes) se sintieron defraudadas y traicionadas por la imposición de los candidatos.
¿Qué suman los partidos aliados a las matrices (PRI, PAN y Convergencia) de los candidatos? Dinero. Sólo eso. Hablo de las prerrogativas, o sea, de dinero público. Eso es lo que aportan. En el caso del PRI, sabemos que el PVEM y EL PRV son cascarones solventados con favores gubernamentales y alimentados con pellejos de poder. El Panal, sólo es el brazo electoral del sindicato magisterial cuya dueña, Elba Esther Gordillo, se da la gracia de apoyar a los candidatos del PAN y PRI mediante sus secciones asentadas en el estado: la 32 y la 56. El PT es una caricatura. No más, no menos. Lo patético es el PRD. Dividido, destrozado por sus luchas internas sus ‘militantes’ (por llamarlos de algún modo) se alquilan al mejor postor. Dicen que son perredistas pero que hacen campaña por candidatos de otros partidos, dicen que son demócratas y luchadores sociales, pero sólo buscan justificaciones mediante vericuetos y sofismas para hablar de la alternancia y, lo único que muestran, son la pobreza ideológica y la miseria política en la que viven.
Estas últimas afirmaciones no son privativas sólo a los perredistas, sino extensivas a todos aquellos que, en público o en privado, han vendido el poco honor a cambio de unas monedas y obtener permiso para lamer las cazuelas del poder. Entonces vemos que las alianzas y coaliciones en Veracruz son formales y artificiales. Se sustentan en el dinero y compra de conciencias. Cualquiera de los tres candidatos que gane será una continuidad política de la que conocemos y hemos vivido: un fidelato o un priismo sin PRI.
Con un electorado en su mayoría semianalfabeta, carente de hábito de lectura, más apasionado por el discurso incendiario y bravuconadas que por las propuestas, biografías y congruencias políticas de los candidatos y partidos que los postulan. La única posibilidad que tenemos para el futuro es un gatopardismo tropical.
La legislación electoral ha escamoteado el derecho a los ciudadanos de elegir en forma libre y consciente. Los partidos tutelan el derecho de decidir por nosotros. No tenemos posibilidad legal ni constitucional de alternativas independiente a los partidos políticos. En pocas palabras: los ciudadanos estamos secuestrados por una camarilla que se disputa el poder. Nuestra sociedad está secuestrada por los partidos, sus cúpulas y las decisiones y caprichos de los gobernantes.
Este tutelaje de los grupos políticos hace que hoy las pláticas familiares, las discusiones escolares, los corrillos en general el tema no sea la elección del mejor candidato y la mejor propuesta, sino se habla de elegir al menos peor. Y eso, para una sociedad del Siglo XXI, es suicidio político.
COLA DE GATO
A través de codificaciones y mensajes crípticos, la candidata del PRI a la presidencia municipal de Xalapa manda su mensaje a la comunidad lésbico-gay. Hay que ver su propaganda del sitio virtual www.bellaxalapa.com con fondo multicolor. Se agradece, porque recordamos que en su campaña anterior, por la diputación federal postulada por el PVEM, jamás hizo comentario alguno sobre el tema e incluso por eso, un editor periodístico se le fue encima por ‘negar sus preferencias sexuales’. Por fortuna, para las minorías públicas y mayorías privadas, ese editor ya fue amordazado mediante convenio publicitario y ahora sólo emite loas a la candidata. Lo cierto es que se agradece lo que hace Elízabeth Morales en aras de una construcción democrática. Las minorías también votan, pero sobre todo, también tienen el inalienable derecho de ser CIUDADANOS.
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