Ojo de Gato 51
Guillermo Manzano
Elecciones III: electorado
En esta tercera entrega comentaré un poco sobre el electorado. Me hubiera gustado tener el rigor metodológico con el que se elaboraron las encuestas que dan como seguro ganador a un candidato, pero sólo puedo hablar con base en una percepción personal; eso sí, en dos vías: como reportero que accede a ciertas fuentes de información y como bicicletero urbano anónimo que circula por la calle.
Ciertos sectores políticos, académicos e informados han polarizado su posición con relación al candidato de su preferencia. Al igual que los partidos han negado la discusión y privilegian la descalificación y la negación de la razón. Se han mimetizado con la prensa convencional de Veracruz que sólo ven a ‘X’ o ‘Y’ candidato, no más.
Otros, por el contrario, optaron por el silencio. Un mutis que se pasó de lo prudente, de lo cordial, y en algunos casos, pareció sospechoso. Por ejemplo: en precampaña el Rector de la Universidad Veracruzana fue anfitrión del candidato priista en la facultad de Economía. Un tapete académico para que el doctor (dicen que no lo es) Duarte disertara ante una audiencia pasiva. Días después, el secretario general de los académicos universitario, al más puro estilo de la nostalgia priista, patentizó su apoyo corporativo al partido en el poder estatal. Nadie osó levantar la voz. Ningún académico, investigador, estudiante, escritor, artista, creador, intérprete y todo el variopinto universitario dijo ‘esta boca es mía’. Ni una sílaba átona se les dedicó a los representantes de los poderes reales de la Universidad. Sólo se permitió que algunos ‘ilustres’ ofrecieran su apoyo al candidato más débil, sabedores los hombres del poder que nada significa la tercera opción y daba cierto ‘toque’ plural a la comunidad universitaria.
Tomo de referencia a la universidad Veracruzana, pero la misma situación se presentó en todas las escuelas públicas de nivel superior. En ninguna se propicio el debate, en ninguna sus miembros asumieron posiciones políticas públicas (como colectivo, no las eternas individualidades que ya conocemos), en ninguna se invitó a debatir a los candidatos a los diversos cargos de representación popular.
Tampoco lo hicieron las organizaciones civiles no gubernamentales. No se discutieron con los candidatos los temas que dicen defender, propiciar y fomentar. No sabemos las propuestas con relación a las autonomías municipales, políticas públicas para mujeres, homosexuales, lesbianas, transexuales, minusválidos, portadores del VIH, derechos humanos en general, niños de la calle, prostitución infantil, educación popular, juventud y desempleo, comunidades indígenas, usos y costumbres, feminicidios, acceso a la cultura su promoción y fortalecimiento y todos esos rubros que muchas ONG’s dicen defender.
No hubo debate porque no se propició. No hubo intercambio de ideas porque se negaron a ellas. Candidatos e ilustrados. Candidatos y sectores informados. Se le dejó la charola y mesa puesta a las cámaras empresariales (algunas) quienes escucharon y ofrecieron sus servicios para los siguientes gobiernos. Ellos sí están en lo suyo: hacer dinero, hacer negocio, no importa quién gane.
Pero el ser bicicletero anónimo me permite también intercambiar opiniones ligeras con iguales en la calle o en cualquier banqueta. A este sector, al popular, le viene valiendo madres quién gane. Dicen que de cualquier forma van a robar. Hablan de los ‘regalos’ que los candidatos dan y en eso basan ciertas simpatías. En el mercado, en la calle, con boleros, repartidores de gas y agua, policías, pepenadores, con todo aquel con el que platico del clima, de ‘lo cabrona’ que está la subida, de la bici y demás trivialidades que a los candidatos no les interesa, ese sector, simplemente no le importa la política. Ellos saben, dicen, que todos son iguales y si van a votar, lo harán por el que les haya regalado más. Así de fácil deciden su voto.

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